Tres Faraones y un Debate Inesperado

Una niña que ama a su muñeca ya está aprendiendo a amar como madre.

Por Ehab Soltan

Hoylunes – Acepté la invitación de mi amiga Miriam. Tras un cálido abrazo de bienvenida, me condujo a su elegante salón, donde su esposo Michael nos esperaba con una copa de vino en la mano. Apenas tomamos asiento, Miriam, con una sonrisa entusiasta, me preguntó:

—¿Qué pasa con tu nueva novela, «Tres faraones en España»?

(Dejé la taza sobre la mesa y asentí con una sonrisa)
[*]: —Estoy por terminarla.

MICHAEL (arqueando una ceja con interés): —El título es intrigante. ¿De qué trata exactamente?

MIRIAM soltó una leve risa antes de que pudiera responder.

[*]: —Por ahora, el nombre es provisional, como ya sabes —respondí—. Y tampoco me permiten hablar de los detalles por orden de la editorial.

MIRIAM (bromeando): —Vamos, un pequeño adelanto no le haría daño a nadie.

[*]: —Jajaja, ni aunque lo intentes, no podré decir más.

MICHAEL (tomando un sorbo de vino y adoptando un aire pensativo): —Tengo una pregunta que podría parecer conflictiva, pero me gustaría conocer tu opinión.

[*]: —Por supuesto, adelante.

MICHAEL: —Eres conocido por escribir sobre el amor y las mujeres, describiendo a las mujeres con una pureza casi angelical. Sin embargo, vivimos en una era dominada por el materialismo y los intereses. ¿Estás de acuerdo con quienes no creen en el amor?

[*]: (sonriendo, apoyando los codos en la mesa): —Sin amor, no existiría la vida. Vivimos con amor y morimos con amor. Es el motor del mundo, aunque muchos lo nieguen.

MIRIAM (asintiendo): —Pero hay quienes dicen que el amor es un concepto idealizado, una debilidad que otros pueden aprovechar.

[*]: —El problema radica en que el amor es la capacidad del amante de mostrar su vulnerabilidad. Pero en un mundo donde muchos temen que la otra parte aproveche esa debilidad, el amor se vuelve un campo de batalla en lugar de un refugio.

MICHAEL (pensativo): —¿Crees que el amor ha cambiado?

[*]: —El concepto de amor sigue intacto, pero su expresión ha evolucionado. Cuanto más avanzamos en la era del materialismo, más nos aislamos. La gente critica el amor sin darse cuenta de que el problema no es el amor, sino la forma en que lo percibimos.

MIRIAM (cruzando las piernas y apoyando la barbilla en su mano): —Interesante. Y respecto a las mujeres, siempre has sido un ferviente defensor de su papel en la sociedad.

[*]: —Las mujeres han sido injustamente criticadas a lo largo de la historia, cuando en realidad son el alma de la creación. Desde las plantas hasta los humanos, la esencia de la vida es femenina. Una mujer es un símbolo de amor y belleza. Un hombre sin el amor de una mujer es como una ventana sin cristal.

MICHAEL (sonriendo): —Me gusta esa comparación.

[*]: —Una niña que ama a su muñeca ya está aprendiendo a amar como madre. Y una mujer, como el jazmín, florece cuando está en el entorno adecuado. Si no lo está, se marchita.

MIRIAM (con aire reflexivo): —¿Y los hombres?

[*]: — Los compadezco a todos. ¿Quién de nosotros no se maravilla ante la belleza extraordinaria? ¿Quién no se siente atraído por una sonrisa radiante o una mirada intensa? Pero el verdadero desafío para el hombre no es admirar, sino ser digno de esa belleza. Si no cumplimos nuestras promesas, si no respetamos el amor, nuestras puertas siempre estarán cerradas.

[*]: (Mirando su reloj, sorprendido) Gracias MIRIAM, gracias MICHAEL, estoy muy complacido por sus preguntas y su compañía. Gracias, por su invitación. Me tengo que retirar. (Sonriendo) Por cierto, tengo una cita muy importante con el amor.

Nuestra conversación puede continuar… mientras nos quede vida… 

 

 

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